miércoles, 25 de septiembre de 2013

Pearl Harbor, entre el amor y la guerra

Y ha llegado el momento. Este es mi arte, mi favorito, lo que me apasiona más que nada. El cine. Y tengo que empezar por Pearl Harbor, película dirigida por Michael Bay y protagonizada por Ben Affleck, Josh Harnett y Kate Beckinsale. Lo sé. No es un clásico, no es una obra de arte, incluso a llegado a ser muy criticada. Pero su música es maravillosa, te pone los pelos de punta. Y no solo eso. Emociona la historia, el terrible ataque a Pearl Harbor y el significado que eso tuvo en el la historia de la Segunda Guerra Mundial


Se centra en la historia de dos jóvenes amigos, que se criaron juntos y juntos también se alistan en el ejército cuando la Segunda Guerra Mundial comienza. Bajo mi punto de vista se trata de una historia conmovedora, ambos enamorados de la misma mujer y rodeados por la tragedia que la guerra trae consigo.

El ataque a Pearl Harbor tuvo una sublime importancia en el transcurso de la guerra, cambió su rumbo. Hizo que se movilizasen los pilotos de Doolittle. Es curioso como cualquier acto puede cambiarlo todo. Me gustaría mencionar una cita de la película que lo explica a la perfección:

Fotograma de la película 
"Cuando termina la acción y miramos atrás lo entendemos todo más o menos. Una cosa es cierta, antes del ataque de Doolitle, Estados Unidos sólo conocía la derrota, después llegó la esperanza. Japón se dio cuenta de que podía perder y empezó a retirarse. Estados Unidos se dio cuenta de que podía ganar y avanzó." 

Por último, quiero señalar que lo que más me gustó de la película, y que tal vez no ha sido apreciado de la forma en la que debería, es el final. El momento en el que sale la pareja formada por Rafe (Ben Affleck) y Evelyn (Kate Beckinsale) tras la muerte de Danny (Josh Harnett). La iluminación de la escena y su sentido la hacen merecedora de un espacio en este pequeño blog. No sé si esa sería la intención de los guionistas, del director y de todos aquellos encargados de cada plano de la película, pero cuando veo el final pienso en el principio, la calma tras la tempestad. Después de lo malo todo sigue, aprendemos a reponernos y miramos hacia el futuro. A pesar de eso, siempre tenemos el pasado en nuestras mentes. Rafe y Evelyn le ponen de nombre a su hijo Danny, no olvidan lo que tuvieron detrás, lo que les llevó a ser lo que son.

Tal vez es por eso por lo que me gusta la película. La actuación no de los protagonistas no es magnífica, el guión podría ser mucho mejor y, aunque la música y los paisajes son inmejorables podría no ser suficiente. Lo que la hace especial es el mensaje oculto que estalló ante mis ojos la primera vez que la vi. Todo lo que nos sucede marca nuestras vidas. Tanto lo bueno como lo malo está ahí para recordarnos quienes somos y de donde venimos. Las personas, los hechos,  dejan de su rastro, y es imposible borrarlos de nuestra memoria, terminan por marcarnos. "Yo soy yo y mi circunstancia" decía Ortega y Gasset. No le faltaba razón.

Recomiendo la película a quien no la haya visto. No dudéis en comentar.


martes, 17 de septiembre de 2013

Taj Mahal, India

No sé mucho de arquitectura. La verdad es que me gusta ver grandiosos edificios o las decoraciones majestuosas de palacios o catedrales, pero no entiendo cómo se sujetan los pilares, los arcos o los frontones. A pesar de eso creí importante escribir acerca de alguna obra arquitectónica, simplemente por tener un breve comentario publicado sobre una de ellas. 

Busqué por Internet y encontré una clasificación en la que se había votado por la obra arquitectónica más maravillosa del mundo. El Taj Mahal ocupaba el primer puesto. Está claro que es un edificio emblemático y famoso, el cual no tengo el gusto de haber visitado, y justo por eso no estaba segura de poder hablar de su valor arquitectónico. 
Taj Mahal visto desde el río Yamuna.

Continué mi búsqueda por la web, esta vez centrándome en el origen de este monumento y sus características. Se trata de un conjunto de edificios integrados que combinan estilos arquitectónicos muy diversos, como el islámico, pesa, india e incluso turco. Básicamente su origen se encuentra en una historia de amor entre un emperador indio Sha Jahan y su esposa fallecida, en honor a la cual lo mandó construir. 

Mausoleo Taj Mahal
La perfección de esta obra se encuentra en su simetría, que intensificada por el reflejo que se produce en el río Yamuna, solo se rompe por el lugar en el que se encuentra enterrada la pareja. La decoración también es digna de un palacio. Fijémonos en el mausoleo, por ejemplo, con decoraciones vegetales sobre un mármol inmaculado. O las asombrosas caligrafías que podemos encontrar a la entrada del mausoleo. La geometría también es un elemento importante tanto en la decoración como en la estructura básica de todo el monumento. 

Con alrededor de veintidós años de construcción, sin tener en cuenta las numerosas reformas y reparaciones, este conjunto de edificios y jardines se ha convertido en un icono emblemático de la India y prácticamente del mundo entero. 

No puedo esperar para poder viajar a conocerlo. Prometo un análisis más detallado si algún día viajo al país. 

lunes, 16 de septiembre de 2013

El David, Miguel Ángel


Un clásico, lo sé. Pero me parecía imposible escribir un blog dedicado al arte y que no apareciese entre mis primeras entradas esta fantástica escultura del siglo XVI, más exactamente entre 1501 y 1504. Fue creada por el gran artista Miguel Ángel de un único bloque de mármol, que fue apodado como "el gigante" debido a su tamaño.

Me interesé hace tiempo por la historia que esta escultura traía detrás. No sólo por su técnica, que sin duda es impecable y que mencionaré más adelante, sino también por la razón que llevó a Miguel Ángel a esculpir esta gran obra en la época en la que el Papa Julio II le había encargado La Piedad para el Vaticano. Descubrí que el deseo de Miguel Ángel de aceptar este encargo se encontraba sobre la ardiente necesidad de crear una obra para su ciudad de nacimiento, Capresse, ciudad dentro de la provincia Arezzo de la Toscana.


El mármol no se hallaba en perfecto estado, debido a que había sido previamente manipulado por otros escultores que habían intentado conseguir una gran escultura que decorarían los contrafuertes externos del ábside de Santa María del Fiore. Se buscaba conseguir doce esculturas que representasen imágenes del Antiguo Testamento que pudiesen colocarse en este lugar. Pero aunque fue tallada con este fin, se decidió que finalmente presidiría la Piazza della Signoria, pasando a ser una obra civil. Fue descubierta en Florencia en 1504, momento a partir del cual fue admirada por todos.

Una de las características distintivas de esta obra es que fue diseñada para que pudiese ser vista desde cualquier punto y en cualquier ángulo. La belleza se admira no sólo de frente sino también desde cualquiera de sus lados. No se creó un boceto en yeso a tamaño real antes de empezar sobre el mármol, Miguel Ángel no necesitó más que un boceto para poder esculpirla. Se fue guiando por las imperfecciones del mármol, llegando incluso a tener que apoyar todo el peso del cuerpo en la pierna derecha del David.

Algunos opinan que se trata del momento previo a la batalla entre el rey David y el Gigante Goliat, ya que el cuerpo del gigante no se encuentra en la escena. Aunque esta es la opinión mayoritaria, otros creen que en la escultura David celebra pacíficamente su victoria.


Sea cual fuere la escena representada, no cabe la menor duda de que la increible precisión de cada uno de los detalles de esta obra hacen que se convierta en una de las más importantes esculturas de la historia. Gracias, maestro Miguel Ángel, por su talento. 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Carlos I de Inglaterra, Van Dyck

Es imposible para mí no comenzar con la pintura. Es una forma espectacular de representar los sentimientos, los deseos y los tiempos. Cada artista tiene su propia técnica, su estilo, pero todos ellos buscan con sus cuadros decir algo.

He querido abrir mi primera entrada con la imagen pintada por el maestro Anton Van Dyck, Carlos I de Inglaterra. Este pintor holandés, uno de mis favoritos, se caracterizaba por un estilo propio de su época, con cuadros realistas y rostros expresivos. Fue autor de diversos cuadros religiosos y mitológicos, pero fue conocido sobretodo por su trabajo como pintor de cámara de la corte del rey inglés Carlos I. Murió joven, pero aún así fue capaz de deleitarnos con más de mil quinientas obras que nos permiten conocer un poco más tanto la sociedad italiana del siglo XVII como a la nobleza británica de la misma época.


Los retratos eran su especialidad, de eso no hay duda. Era capaz de pintar cada uno de los rasgos propios de un rostro y conseguir expresiones de todo tipo. Un ejemplo de ello es este retrato de Carlos I. Le pintó muchos y muy diversos durante su estancia en Inglaterra, pero este es uno de los que más me gustan.

El cuadro fue pintado en óleo en 1635 en Inglaterra, aunque actualmente se conserva en el Louvre en París. Hay una armonía perfecta entre cada uno de los elementos del cuadro: el rey, el caballo, los pajes y el paisaje que actúa de fondo. Representa al rey en un descanso durante una jornada de caza, sin los atributos propios de un monarca. Su atuendo es más propio de un campesino que de un miembro de la realeza, pero la expresión de arrogancia que devuelve a aquel que le observe denota el poder del rey.

El caballo haciendo una reverencia a su izquierda es digno de mención. No sólo porque se trata de un caballo majestuoso, pintado con precisión y detalle, sino también porque se encuentra inclinado hacia el monarca, mostrándole humildemente que está para servirle. Es un signo inequívoco del poder absoluto de los reyes ingleses en ese tiempo.

El cuadro es algo más oscuro que la imagen, lo que permite apreciar una luz dorada que ilumina la imagen de una forma similar a como lo hacía Tiziano, del que el maestro Van Dyck fue gran admirador, llegando incluso a copiar algunas obras durante su estancia en Italia. Todo se encuentra desarrollado en un paisaje perfectamente empleado para darle protagonismo al monarca.

Incluso aunque el rey se encuentra algo situado a la derecha dentro del cuadro, es imposible no fijar la atención en él. Los elementos le rodean mientras él fija su mirada en el espectador. El árbol deja caer sus ramas sobre su cabeza, las hojas a sus pies florecen hacia él, el más joven de sus lacayos, de perfil, mira hacia el  horizonte en su dirección.


No hay duda de que fue un monarca poderoso, e incluso sin conocer nada de su historia, Van Dyck nos permite conocer esta faceta del monarca a través de su pintura. Una gran obra con la que despertarnos esta mañana. 

sábado, 14 de septiembre de 2013

Desde la Antigüedad hasta nuestros días


Hermes di Prassitele
El arte nos rodea. Allá donde miramos podemos encontrar las más maravillosas muestras de la belleza. Porque el arte es básicamente eso, lo bello. De este modo podemos entender lo que los antiguos griegos o romanos consideraban arte. Esas grandiosas esculturas que decoraban jardines de patricios y señores, monumentos al poder de los emperadores o paredes de oro y mármol para contentar a los dioses. Incluso más allá de occidente podemos ver que los hombres se preocupaban por lo bello. Las pirámides egipcias, los jardines colgantes de babilonia, los templos chinos o los jardines japoneses. A todos nos gusta pensar que vivimos rodeados de belleza. Pero no es necesario maravillarnos con extravagantes cuadros o gigantescos edificios, basta con fijarse alrededor. Amaneceres, flores, sonrisas. También son arte.

Debo decir que soy una amante de la belleza. Soy una enamorada de todo lo que estimule los sentidos y creí conveniente compartir mi pasión con todo aquel que estuviese interesado. No soy nada especial. No soy artista, no creo nada formidable. Simplemente me siento afortunada de ser capaz de disfrutar de todo, hasta de las más pequeñas cosas. La danza, la música, la pintura, el cine. Todo me relaja y me ayuda a concentrarme. Todo me distrae y hace que mi tiempo vuele.

No creo que tenga el conocimiento necesario para dedicarme a ello, y pido disculpas de antemano si leen cualquier barbaridad que pueda encontrarse en mi mente y me atreva a compartir con ustedes. No soy una experta ni mucho menos. Sólo seré capaz de hablar de lo que me transmiten cada una de las obras que vayan asta mí. Mis favoritas y las que no lo son tanto. Las conocidas por todos y las que bajo mi punto de vista deberían serlo.

Comentarios con los que únicamente busco ser capaz de transmitir mi experiencia artística y agradecer, aunque de forma insignificante, a aquellos que trajeron algo de belleza a este mundo